Mientras tanto, Chile ya vuela F-16 Block 50/52 modernizados, y Brasil opera los Gripen NG, aviones de última generación. Y acá estamos nosotros, celebrando la llegada de modelos viejos, con poca vida útil y capacidad operativa limitada.

En su momento Colombia había evaluado comprar estos F-16 usados de la Real Fuerza Aérea de Dinamarca. En enero de 2022, la Fuerza Aérea Colombiana incluso viajó, investigó, revisó los aviones… pero el comité asesor del comandante (el Cofac) dijo que no: los daneses venían de un bloque antiguo, requerían modernizaciones carísimas, y encima les quedaba poco tiempo útil de servicio.

Para completar el panorama, el Ministerio de Defensa de Dinamarca anunció que planeaba retirar esos aviones y posiblemente transferirlos a Ucrania. O sea: estaban a punto de ser dados de baja.

El entonces comandante de la FAC, el general Ramsés Rueda, le recomendó al presidente Iván Duque no avanzar con la compra. Eso generó tensión interna, discusiones políticas… y finalmente el general terminó fuera del cargo.

Colombia había evaluado comprar solo seis unidades, entre septiembre de 2021 y mediados del año siguiente. Pero oficiales —tanto activos como retirados— coincidieron en algo: los F-16 viejos iban a implicar gastos enormes, problemas operativos y modernizaciones casi imposibles de pagar.

Por eso, el nuevo gobierno colombiano definió otra estrategia: adquirir sistemas de defensa nuevos, no de segunda mano, que puedan durar 20 o 30 años sin quedar obsoletos.