Una caja con veinte pastillas y USD 275 millones en juego


Según el informe, la caja de medicamentos que Musk llevaba consigo incluía unas veinte pastillas, entre ellas Adderall —un estimulante de uso controlado—, según una imagen y fuentes citadas por el diario en una nota escrita por las periodistas Kirsten Grind y Megan Twohey. Además, el dueño de Tesla y SpaceX también tomó éxtasis y hongos alucinógenos en reuniones privadas, tanto en EEUU como en el extranjero.


'Si usás demasiada ketamina, no podés trabajar, y yo tengo mucho trabajo', declaró Musk en una entrevista con Don Lemon en marzo de 2024. Sin embargo, The New York Times señala ahora que el consumo fue mucho más frecuente que lo que el propio magnate admitió públicamente. El matutino afirma que, según fuentes cercanas, Musk usaba ketamina incluso a diario, en combinación con otras sustancias, borrando la línea entre el uso médico y el recreativo.


El empresario de 53 años accedió al círculo íntimo de Trump tras su apoyo público en julio. Luego de que el expresidente resultara electo, Musk alquiló una casa en Mar-a-Lago para participar en reuniones de transición y diseñar recortes en la burocracia desde el flamante Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). En ese rol, llegó a insultar a miembros del gabinete, hizo gestos asociados al nazismo y dio entrevistas con respuestas confusas, según consigna The Times.


El mismo viernes en que terminó formalmente su labor en el gobierno, Musk y Trump convocaron a una conferencia de prensa conjunta. Consultado por el diario neoyorquino, el portavoz de la Casa Blanca evitó responder sobre los posibles testeos antidroga, pero sí destacó que Musk 'ayudó a reducir el despilfarro estatal'.


Mientras tanto, SpaceX —contratista del gobierno federal— está obligada a mantener una política de cero drogas entre sus empleados, pero el reporte asegura que Musk recibía alertas previas a los controles internos. La empresa declinó hacer comentarios.


Conflictos familiares, ocultamientos y demandas


El artículo también describe un entramado de relaciones afectivas conflictivas, ocultamientos de paternidades y litigios judiciales. Según la investigación, Musk tuvo hijos con al menos tres mujeres diferentes en un corto período, muchas veces solapando vínculos. Su expareja Claire Boucher (Grimes) mantiene una disputa por la custodia de su hijo, conocido como “X”, luego de que el empresario llevara al niño a actos públicos que violarían un acuerdo de privacidad.


Otra mujer, la escritora Ashley St. Clair, reveló que tuvo un hijo con Musk y rechazó un acuerdo por USD 15 millones para mantener el secreto. “Me dijo que había tenido hijos en todo el mundo, incluso con una estrella pop japonesa”, declaró.


El conflicto escaló hasta la Justicia cuando St. Clair lo demandó para que reconociera legalmente la paternidad. Musk intentó imponer una orden de silencio al argumentar que la exposición del menor podía implicar riesgos de seguridad.


De videojuegos a sierras mecánicas: la espiral pública de un magnate


En el plano público, las excentricidades y declaraciones de Musk generaron preocupación incluso entre sus allegados. El neurocientífico Philip Low, exempleado y amigo del empresario, se deslindó luego de que se lo viera hacer un saludo nazi durante un acto político: “No tengo simpatía por este comportamiento”, escribió en redes. Por su parte, el filósofo Sam Harris rompió el vínculo con Musk luego de acusarlo de mentir y difamar desde su propia plataforma.


La cita a Javier Milei en el Times


Durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), celebrada cerca de Washington, Musk subió al escenario junto al presidente Javier Milei, quien le entregó una motosierra como símbolo contra la burocracia. El video, que lo muestra con gafas oscuras, hablando entre risas y titubeos, se viralizó rápidamente en redes, alimentando especulaciones sobre su estado.


El diario cita a Milei como 'uno de sus aliados políticos', aunque en la nota no hace mayores comentarios sobre el Presidente. Recuerda, en tanto, el grito de Musk a una multitud que lo vitoreaba: ¡Esta es la motosierra contra la burocracia!.


Una advertencia y un plan


En mayo del año pasado, en un mensaje de texto, Musk escribió: “La administración Biden me ve como la amenaza número 2 después de Trump”. Y agregó: “No puedo ser presidente, pero puedo ayudar a que Trump derrote a Biden, y lo haré”.


Esa decisión, como muestran los documentos obtenidos por The Times, vino acompañada por una seguidilla de donaciones multimillonarias, consumo intensivo de drogas, un historial familiar explosivo y una figura pública cada vez más errática.


Con una fortuna estimada por Forbes en USD 428.000 millones y una imagen pública en caída —el 54% de desaprobación, según Silver Bulletin—, el futuro político y empresarial de Musk continúa siendo materia de debate. Pero los hechos revelados por esta investigación ya trazan un perfil difícil de ignorar.