Para él, esto es “un muy mal negocio”. 'Empiecen a facturar en dólares', dijo Caputo en un discurso que dio este viernes por la tarde en la Fundación Libertad, en la provincia de Tucumán. Al tiempo, insistió: “Saquen los dólares. Ya los bancos están pagando una tasa razonable”.

Si en vez de esta oprobiosa bicicleta financiera que se observa, roleando deuda permanentemente el país en cambio estuviese formateado hacia la producción y el trabajo, aprovechando los enormes recursos naturales, seguramente la respuesta de los argentinos sería distinta. La verdad es muy otra: Con precios altisimos en dólares que ubican a la argentina fuera de toda lógica, quienes tienen recursos es claro que eligiran esperar prudentemente, hacer la 'plancha' y ver que pasa. El resto: pan y cebolla. 

El Gobierno busca inyectar de dólares el sistema financiero formal, a través del 'Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos' para remonetizar la economía. Según el ministro de Economía, esto implica una “dolarización endógena”, que ocurre cuando las personas empiezan a usar dólares en el lugar de pesos, sin que el Gobierno haya tomado una decisión formal para reemplazar la moneda. Es decir, una dolarización encubierta.

Durante el discurso, Caputo aseguró que, desde el Gobierno, no están emitiendo pesos, sino que “van a salir los dólares del colchón”. “Cada vez hay más dólares y la cantidad de pesos no crece, entonces el valor relativo de los pesos es cada vez más bajo”. 

El funcionario aclaró que “no puede haber ningún cimbronazo cambiario” porque “este modelo está desarrollado para que eso no pase”. Aseguró que “ahora hay pocos pesos que están respaldados” y que Argentina podría 'ir a una convertibilidad por debajo de mil”. 'Cuando tenes abundancia de pesos sin respaldar, el peso es lo que se deprecia. El resto de los bienes se deprecia contra el peso', dijo.

Explicó que muchas veces se confunde la causa de la inflación. “Esto lleva a la confusión de que la inflación la genera la suba del dólar y no es así”, sostuvo, y aclaró que, en realidad, el proceso es inverso: el exceso de emisión de pesos es lo que provoca la suba del dólar y, en consecuencia, el aumento de precios. Según su visión, el problema está en la pérdida de valor del peso como consecuencia de políticas monetarias expansivas, y no en el dólar en sí.

Esa depreciación del peso no ocurre solo frente al dólar, sino frente a todas las monedas. “Es porque se deprecia el peso contra todo”, afirmó. Sin embargo, sostuvo que hoy la situación es distinta, ya que, según él, no se está imprimiendo dinero como antes. “Ahora no se imprimen pesos, entonces no se produce ni se va a producir esto”, aseguró y descartó que se repita un escenario inflacionario como los vividos anteriormente.