25/04/2023 - NOTA EDITORIAL POR CARLOS BLASCO BREVE METÁFORA DE LOS TIEMPOS QUE NOS TOCA VIVENCIARDel monolito de Kubrick al primitivismo de Milei. Quienes fuimos jóvenes (adolescentes y juventud mezclada) en la década del sesenta del siglo pasado, fuimos testigos y protagonistas de grandes sucesos socioculturales-políticos en el marco de la expansión de las tensiones sociales existentes (guerra fría). Surge en EEUU y en Inglaterra un movimiento contracultural que interpela el “orden” y la normalización de los conflictos vigentes, siendo Vietnam el disparador de esta novedosa visión de las realidades sociales. LEER MÁS .... Una sublevación contra el orden establecido, da paso a nuevas formas de relacionarse removiendo las costumbres sociales que impuso la propaganda del american way of life en los EEUU. La rebelión caracteriza estos años. En nuestro país, se intensificó la Resistencia a las dictaduras en el ámbito político y surgen expresiones culturales y artísticas como las actividades en el Instituto Di Tella, el teatro comprometido (teatro Argentino), el nuevo Cine Argentino, innovaciones en el tango -Astor Piazzola-, el rock nacional, etc. Tal como analiza Andrea Giunta en su libro “Vanguardia, Internacionalismo y Política”, el debate era amplio y posibilitó los vínculos de algunos intelectuales de ideales revolucionarios con personajes del establishment así como también, la relación entre ideología y estética que fueron núcleo de grandes controversias públicas. Los ideales de libertad y justicia influenciaron tanto a la juventud como a los intelectuales de la época quienes transmitían, mediante diversas manifestaciones, estos valores a la sociedad toda. Surgía un nuevo sujeto y actor social en la escena: la juventud el cual ya no abandonaría la escena política aportando al debate político un concepto innovador: el antiautoritarismo que se puede definir como la firme convicción y defensa de la “igualdad ante la ley y libertades civiles”. No sólo se produjo una rebelión contra un “mundo” inmerso en la guerra fría sino que se comenzó a cuestionar el poder hegemónico de una potencia militar emergente de la segunda guerra mundial (EEUU). En nuestro país, potencia el reclamo de la vuelta de Perón, líder de la revolución pacífica y humanista más importante del siglo contenida en la doctrina justicialista la cual promueve la independencia económica, la justicia social y la soberanía política, los tres pilares de la Nación Estado moderno. A pesar de las proscripciones y la prohibición del ejercicio político, el clamor por el regreso del líder es reclamado por los trabajadores, los estudiantes y algunos intelectuales vanguardistas mediante una lucha constante enmarcada por la espiral de la violencia represiva de las diferentes dictaduras que atravesaron la época. Mayoritariamente la sociedad se politiza sacudida por los cambios políticos que desafían su cotidianidad. Surgen de ella cuadros políticos que pese a la interdicción y persecución se destacan en ámbitos como el periodismo de investigación, la política , la sociología, la docencia y demás estamentos sociales. En ese contexto, se estrena en 1968 la icónica película de Stanley Kubrick “2001 Odisea del Espacio”. Obra magna de este gran director que contiene elementos simbólicos que concentran significados metafóricos relativos a la existencia y evolución del hombre en línea con los grandes ejes de la época (asimilable a la teoría borgeana de los ciclos) focalizada en el desarrollo y evolución de la tecnología visto como factor deshumanizante. La intensidad de la resistencia termina por debilitar las dictaduras dando paso a un ciclo, que si bien condicionado, permite el regreso del líder y del sistema democrático. En este escenario caracterizado por las tensiones políticas y sociales, los poderes fácticos se retraen buscando el apoyo y la connivencia de los EEUU cuya política exterior se encuentra muy activa en la región promoviendo revoluciones y golpes de estado. Se intensifica un ciclo trágico que da lugar al genocidio y exterminio de personas llevado a cabo por la dictadura más sangrienta que se hace del poder en 1976 bajo el dominio y modelo socio económico del establishment cipayo y oligárquico local. Sus objetivos fueron claros: instalación de un régimen terrorista de estado que posibilite un modelo económico transnacional y expoliador, eliminación de los cuadros sindicales, políticos e intelectuales. Se destacan además, la creación de nuevos paradigmas individuales y sociales con profusa difusión a través del dominio hegemónico de la comunicación e información. Dominio que le permite al establishment local y corporaciones foráneas poder condicionar a los gobiernos emergentes de un sistema democrática tutelado y condicionado. En estos tiempos presenciamos acontecimientos de extrema gravedad institucional como el intento de magnicidio; la disfunción del poder judicial, un sistema político institucional con profundas mediocridad, reiterados casos de manipulación comunicacional y judicial (conocido como lawfare o guerra judicial), persecución y encarcelamiento a dirigentes y funcionarios políticos y sindicales agravado todo por la “pasividad” de un pueblo en modo anestesiado (consecuencia de la planificación dictatorial). El ignominioso desafuero del diputado nacional Julio De Vido deviene clima de época fundante. Nunca antes en ningún período democrático se dio un caso de naturaleza similar. Caso “fundado” sobre las nuevas formas de extorsión y disciplinamiento surgidas en el marco del Acuerdo de Atlanta, las cuales son implementadas en toda la Región mediante la coordinación de las empresas de comunicación hegemónicas y los servicios de inteligencia. Ese hecho produjo un crack, rompió con la historia y tradición del sistema político practicado sin distinción de ideas o partidos. No se trata de la necesidad de la “defensa corporativa”, sino de un sentido de respeto integral a la proclamada división de poderes que en este caso fue vulnerado con la anuencia de todo el arco político y sus principales dirigentes. Fue el bautismo de fuego del período más oscuro de la democracia que estamos presenciando y, sobre todo, padeciendo. Siempre existió la persecución a líderes populares, pero nunca bajo el obsceno espectáculo que hoy nos brindan personajes execrables que componen una gran parte de una justicia cooptada por intereses foráneos y cipayos. Llama la atención la enorme precisión en la selectividad de las víctimas: el arquitecto Julio De Vido es quien mejor interpretó y ejecutó los lineamientos de la Planificación Federal diseñados políticamente por el Dr. Néstor Kirchner en eje con la doctrina justicialista y que representan el desarrollo y crecimiento de la Patria. Los mismos argumentos y metodología se tienen en cuenta para la persecución y proscripción (una vez más hacia el peronismo) de la Dra. Cristina F. de Kirchner. Mi síntesis es la breve metáfora del título del documento: Argentina enfrenta su Odisea 2023 pero en sentido y direción contraria al argumento de la película de Kubrick donde el gran director proyectaba la Evolución del Hombre partiendo desde el primitivo que habitó la tierra, al nuevo ser que ya no está sometido a la esclavitud del cuerpo físico y que aún con limitaciones, puede habitar un sistema social de dimensión humana. La construcción e instalación política-social de personajes como el execrable J. Milei, nos llevará inexorablemente a la INVOLUCIÓN de la sociedad intensificando la pérdida de la dignidad y devaluando la esencial condición humana que permita una convivencia pacífica y solidaria indispensable para la realización del hombre y su comunidad. En el filme aparece un monolito cuyo valor simbólico representa la inteligencia de Dios omnipresente en todo el Universo. Es hora de crear un nuevo monolito que sin dudas lo expresa el peronismo y su doctrina. Carlos Blasco Abril 2023 |
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