El “punto anker”, ese concepto creado por el ministro de Economía, Luis Caputo, a través del cual el Gobierno apuntaría a remonetizar la economía mediante renovaciones menores al 100% en las licitaciones, luego del fuerte apretón monetario que fue en paralelo al fiscal, da señales de agotamiento, tal como había adelantado el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning. Con apenas $4,5 billones en sus depósitos, y vencimientos esta semana por $14,5 billones, si el rollover de la licitación del miércoles llegara a estar por debajo del 69% el Central debería emitir moneda, agrandando la base monetaria amplia, para cumplir las obligaciones del fisco.


Es decir, el Gobierno está virtualmente obligado a conseguir una amplia adhesión del mercado en la licitación de este miércoles. Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) dijeron al respecto: “De cara a la última licitación de noviembre, y tras el canje intrasector público por $2 billones, Finanzas enfrenta vencimientos por $14,5 billones. Estos pagos están concentrados principalmente en la LECAP S28N5, la LELINK D28N5 y la LETAM M28N5. Para ello, el MECON seleccionó un menú compuesto por LECAPs, BONCAPs, BONCERs, una LETAM y el regreso de una letra ajustable por inflación (LECER)”.


Y agregaron: “Dado el volumen de los vencimientos y considerando que los depósitos del Tesoro en el Banco Central se ubican por debajo de $5 billones, será clave seguir de cerca el nivel de rollover y los rendimientos que finalmente determine Finanzas. Hasta aquí, resulta difícil imaginar un ‘punto anker’ con un rollover inferior al 100%”.


Además, el BCRA y Finanzas operaron en tándem frente a los riesgos de la nueva licitación: el Central bajó el jueves pasado la tasa de interés de los Pases en simultáneas, el pasivo remunerado al que acceden los bancos, desde el 22% hasta el 20%. Una maniobra que busca, tal como señaló PPI, hacer más tentadora la oferta del Tesoro. Además, la autoridad monetaria bajó 3,5 puntos los encajes, dejándolos en el 50% para los depósitos a la vista (también redujo al 75% el requisito de integración diaria), pero también elevó en 3,5 puntos la parte que las entidades pueden conformar mediante títulos públicos. Todos los cañones apuntan a la licitación: para PPI quedarán libres $1,9 billones que se verán motivados a ir al Tesoro.


Si bien esas medidas fueron en la dirección de normalizar la inédita coyuntura de encajes que dejó la búsqueda oficial de mantener a raya a la cotización de dólar mediante un apretón monetario que dejó a las obligaciones de las entidades de dejar pesos frizados en niveles inéditos durante décadas, lo cierto es que los nuevos cambios se dan en el marco de las urgencias frente a un vencimiento abultado y unos depósitos en pesos en niveles bajos.


El economista del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (Open) Federico Machado dijo al respecto: “La medida también debe leerse en clave de la próxima licitación: el Tesoro no puede permitirse un roll-over bajo. Al flexibilizar encajes también permite que las entidades financieras suscriban en mayor medida a los instrumentos ofrecidos”.