Además, no le generaba gastos a aquellas organizaciones que se adherían: “Eran políticas que no representaban más costo que el equipo de trabajo del IGUALAR, pero que tenían un impacto en el sector productivo, acompañando esas transformaciones”, aclara Cirmi Obón.


La supresión de estos programas de acompañamiento y capacitación, para la ex funcionaria, trae aparejadas consecuencias que van más allá de las desigualdades en el mundo del trabajo: “La recuperación sostenible sin las mujeres adentro no es del todo sostenible. Con el ajuste del Estado que está ocurriendo ahora, las que más sufren son ellas, porque son mayoría en el empleo público, así como en las políticas sociales, y como usuarias de la educación y de la salud pública”. 


Zurzolo sumó su crítica a la eliminación de IGUALAR: “Había mucho por mejorar, pero lo que no se puede hacer es sacar por completo. Se debe trabajar para que lo que no funcionaba, funcione”, expresó. 


Algunos de los 13 programas eliminados fueron Menstruar; Programa de Fortalecimiento del Acceso a Derechos para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero; y el Programa Producir, entre otros.