Frente a este nuevo panorama en donde hay menos niños, se abre un interrogante en torno a si habrá una incidencia real en las políticas educativas. ¿Qué implicancias tiene una posible reducción en la cantidad de alumnos? Según la organización Argentinos por la Educación, se estima que la matricula escolar caerá el 31% en los próximos años, lo cual conlleva un desafío, pero también una oportunidad para pensar en mejorar la calidad educativa. 

Para Leyre Sáenz Guillén, economista e integrante de esta organización hay dos cosas que se pueden hacer: 'En primer lugar, podemos dejar las cosas tal cual están, es decir, la misma cantidad de aulas, la misma cantidad de docentes y tener aulas cada vez más chicas. La otra opción, por ejemplo, si tenemos dos aulas de 15 chicos, reagrupar a todos en un aula de 30 y tener dos docentes, un titular y un segundo docente que juega un poco más el rol de tutor, las famosas tutorías, que sería básicamente acompañar a los chicos con trayectorias más rezagadas”, plantea.

Para Mario Oporto, docente y ex director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, no hay que pensar en términos de cantidades, porque “los comportamientos demográficos no sólo son vinculados al número, sino también a los desplazamientos poblacionales y a los comportamientos de los asentamientos. Entonces, es probable que también empiecen a despoblarse, como ya se nota, las escuelas que están en los centros urbanos o en zonas muy comerciales”. Sin embargo, sostiene que probablemente haya que repensar la distribución territorial de las nuevas escuelas, porque “la discusión implica proyecto educativo, no números”.

Asimismo, Oporto cree que la curva demográfica se va a mantener estable y que no habrá grandes modificaciones, si se tiene en cuenta que “está marcada por tres variables: los nacimientos, las defunciones y las migraciones”. En este sentido, refiere a que la tasa de natalidad baja, pero la expectativa de vida crece, ya que el índice de envejecimiento actual es 60,55 (RENAPER, 2025). 

¿Se puedan profundizar las desigualdades ya existentes y afectar la sostenibilidad de las instituciones educativas? Para Oporto, el desafío está en repensar la situación a futuro en función de las necesidades del sistema: “Lo que estamos observando del censo es que es que la población no va a crecer como había crecido en las últimas décadas y esto nos va a permitir planificar de otra manera, mejor, tal vez, o utilizar de manera más provechosa la infraestructura”, expresó Oporto a El Auditor.info.

Con menos estudiantes por aula, algunos especialistas sostienen que se podría mejorar la calidad educativa, con clases más personalizadas, mejor atención pedagógica y distribución más eficiente de recursos tecnológicos y humanos. Desde este punto de vista, hay que tener en cuenta la sustentabilidad económica de los colegios privados, en especial aquellos que cuentan con subvención estatal, porque que verían reflejada una disminución en la matrícula. 

“En nuestro país, el 70% de la matrícula es estatal. Del 30% restante, un 25% tiene algún tipo de subvención estatal. O sea, que realmente escuelas privadas en nuestro país hay solo un 5%. Esto es importante porque desde 2006 tenemos una Ley de Financiamiento Educativo que dice que hay que invertir un 6% anual del PBI en educación”, explica Sáenz Guillén.

La formación docente es importante si se piensa en una posible reconfiguración de los espacios áulicos: “La tendencia muestra una estabilidad de la población de la Argentina, y eso implica que las nuevas cohortes van a ser menos populosas que las anteriores. Nos va a servir para decir: ‘Contamos con estos edificios, con esta oferta… ¿Qué necesitamos construir nuevo?’ En algunos lugares faltarán docentes y en otros, sobrarán. Hay que tratar de reentrenar a esos maestros para que puedan fortalecer otras áreas que se necesiten fortalecer, como por ejemplo, trabajar con los repitentes o con los que tienen dificultades de poder aprender”, propone Oporto. 

Sáenz Guillén coincide con esta mirada, y apunta a una “reasignación de funciones' porque 'hay muchísima evidencia que muestra que las tutorías mejoran el aprendizaje”.

La tendencia no es nueva, ni afecta solo a la Argentina. La transición demográfica es el proceso de cambio en las poblaciones, donde las altas tasa de natalidad y mortalidad disminuyeron. Argentina está aún por encima del umbral de reemplazo poblacional, pero va en descenso: pasó de 2,5 hijos por mujer en 2007 a 1,5 en 2023, según datos del Ministerio de Salud y estimaciones del Banco Mundial.