A pesar de su importancia estratégica, la cuenca continúa siendo vulnerable a fenómenos hídricos debido a la falta de acción por parte del Estado. Aunque el plan contemplaba una ejecución total en un plazo de 15 años, transcurridos 25 años solo se ha llevado a cabo la mitad de las obras. Esta demora ha generado pérdidas superiores a los 5.000 millones de dólares, mientras que la región ha contribuido con más de 35.000 millones en derechos de exportación. La paradoja resulta clara: quienes más aportan siguen esperando las soluciones prometidas.

El año 2025 resultó especialmente duro, con tres eventos climáticos extremos que inundaron más de 2 millones de hectáreas. Estos sucesos demostraron tanto el beneficio de las obras ya realizadas como la necesidad urgente de completar las pendientes.

El coste de no actuar —que ya supera los 40.000 millones de dólares si se suman pérdidas evitables y recursos no reinvertidos— exige medidas inmediatas. Culminar el Plan Maestro no es solo una deuda histórica con una de las zonas más productivas del país, sino también una inversión de carácter estratégico que requiere coordinación nacional, financiación federal y una gestión eficiente del agua. Argentina no puede seguir perdiendo oportunidades por falta de acción.

Llamado enérgico

Desde CARBAP se hace un llamamiento enérgico a toda la clase política, sin distinción de partidos ni niveles gubernamentales, para que actúe con responsabilidad y garantice de forma urgente la financiación necesaria para completar el Plan Maestro del Río Salado.

Años de rreclamo

Por último, según señaló a InfoGEI una fuente de la entidad, “no hay razones técnicas, económicas ni éticas que justifiquen seguir demorando una solución largamente diseñada, en parte financiada y reclamada durante años por los productores. El precio de la inacción ya ha sido demasiado alto”.