La funcionaria reafirmó las 'líneas rojas' del gobierno francés y aseguró que el tratado, en su forma actual, no protege suficientemente al sector agropecuario europeo.
Las declaraciones contrastan con el tono más positivo que había adoptado Macron durante su visita a Brasil, donde el jueves pasado se mostró 'bastante positivo' respecto a la posibilidad de aceptar el acuerdo, aunque aclaró que Francia se mantendría 'vigilante' frente a los compromisos ambientales y sanitarios.
Genevard explicó que, para que Francia acepte el pacto, deberán incorporarse cláusulas de salvaguarda agrícola, medidas que impidan la importación a Europa de productos que no cumplan con las normas sanitarias y medioambientales del bloque, y un refuerzo de los controles sanitarios.
El eje del reclamo francés apunta a evitar la competencia desleal entre los productores europeos, sujetos a altos estándares regulatorios, y los exportadores del Mercosur que operan bajo normativas más flexibles en materia ambiental y laboral.
Un tratado con más de dos décadas de negociación
El acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur fue finalmente firmado a fines de 2024, tras más de 25 años de negociaciones. El 3 de septiembre de 2025 fue adoptado por la Comisión Europea, pero aún requiere la aprobación de los 27 Estados miembros del bloque comunitario para entrar en vigor.
Allí reside el principal obstáculo: Francia lidera el grupo de países reticentes, junto a Austria e Irlanda, que condicionan su apoyo a la incorporación de garantías adicionales para el agro europeo y compromisos ambientales más estrictos.
Quejas del Agro de Francias por las declaraciones de Macron
La corrección de la ministra francesa se produjo luego de que el presidente del principal sindicato agrícola francés FNSEA, Arnaud Rousseau, calificara de 'traición completa' el cambio de postura del Macron respecto al acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur.
'Durante meses el presidente aseguró su oposición firme al acuerdo con el Mercosur. En la COP30 declara que es 'más bien optimista' a adoptarlo. Esto es una traición completa', señaló en un comunicado de la FNSEA en la red social X, citando a Rousseau.
El líder sindical afirmó que las declaraciones de Macron en Brasil, 'en el corazón del territorio de sus competidores agrícolas', constituyen un 'nuevo insulto' para los agricultores franceses, quienes temen que el pacto comercial inunde Europa de importaciones baratas con estándares sanitarios y ambientales más bajos.
Para los países del Mercosur,- Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- el acuerdo representa una oportunidad clave para ampliar mercados, atraer inversiones y diversificar exportaciones en un contexto global incierto. Sin embargo, el veto francés podría dilatar la implementación por tiempo indefinido o forzar nuevas negociaciones sobre temas sensibles, como agricultura, medio ambiente y compras públicas.


