Conforme a declaraciones periodísticas del propio Secretario de Hacienda, Matías Melía, el aumento aplicado a las tasas por encima de lo autorizado por el HCD es una decisión tomada por su antecesor Carlos Figueredo, que sostenida a través del tiempo compromete al propio Melía y al Intendente Municipal. Como se explicó en diversas notas editoriales de este medio, la ley autoriza el pago a cuenta de “deuda” y aquí se aplican tasas por encima de lo que estableció el último código tributario. La encerrona es difícil de resolver y existe malestar de algunos concejales por lo reprochable de la situación creada desde el ejecutivo. Una de las alternativas puede ser una nueva interpelación que colocaría en una situación comprometida a Pedro Elizalde, aunque sería lo correcto para explicar a la ciudadanía lo que pasó. La otra que aparece como la más probable es que finalmente se reúnan los nuevos mayores contribuyentes (lista todavía no aprobada en el HCD) y junto a los concejales acuerden un aumento de tasas que finalmente convalide -de forma poco decorosa y legal- el atropello que significa tomar decisiones por encima de la ley. La preocupación que surge de algunas voces sindicales por los problemas financieros del municipio no es para menos. Si bien poco pueden hacer respecto de las decisiones políticas que confluyen en la incorporación de personas cuyo ingreso no se justifica, lo cierto es que el 69% del presupuesto asignado a gastos de personal atenta decididamente contra el sistema y pone en jaque el futuro de todos los empleados. Así concejales, funcionarios, empleados, contribuyentes y periodismo aprendimos que en la gestión se puede hacer cualquier cosa, lo que no se puede hacer es evitar las consecuencias.