En esferas oficiales, la idea es que no paguen este tributo quienes perciben sueldos de entre $18.000 y $20.000, ya que de lo contrario anularía los aumentos de salarios conseguidos en las últimas paritarias. Pero, además, tendría un segundo efecto y es que los mayores ingresos por la suba del mínimo repercutiría favorablemente en el nivel de consumo que viene siendo afectado por la suba de precios y la devaluación de enero. Los antecedentes. En septiembre, el Gobierno de Cristina Kirchner elevó las categorías para percibir este tributo y se estableció que los asalariados solteros o casados que ganan en bruto hasta $15.000 dejen de pagar el impuesto. Entre los 15.001 y 25.000 pesos pasaron a tributar Ganancias, aunque la base de cálculo para los solteros también se elevó de forma tal que pasó de un piso no imponible de 6.939 a 8.326,8 pesos y para los casados con 2 hijos pasó de 9.597 a 11.516,4 pesos. En tanto que los asalariados solteros o casados que perciben más de 25.000 pesos brutos, se mantuvieron los pisos anteriores sin variaciones.